La felicidad es ver a tu amigo sonreír, es correr sin un motivo, en sentir un abrazo, es llorar junto a alguien, es aprender a vivir sin lo material.

OH; Darling !

domingo, 25 de diciembre de 2011

¿Qué significa para ustedes toda esta mierda?

La tristeza de entender de una vez que nunca nada fue lo que siempre pareció ser. El darse cuenta que la Navidad no es ese momento de unión familiar, de amor que toda tu vida creíste. Donde el amor borra las diferencias de los unos con los otros, donde las broncas, las peleas, y los malos recuerdos quedan a un lado por aunque sea solo un rato para dar paso a una noche de paz y amor fraternal. Siempre creíste eso, y si, tenes dieciséis años, es difícil tener a esta edad un mal pensamiento sobre estas fechas, si lo tuyo es pura joda. Pero no, ahora te das cuenta que no es tan así como vos creías, y es en esta etapa de tu vida que empezas a darte cuenta de como son las cosas en verdad. Vas aprendiendo a encontrar esa línea que divide la máscara de la cara real de una persona, aunque te cueste, logras a veces descifrar cuales son las verdaderas intenciones.¿Y quién entra ahora? El miedo. Ese personaje que te vuela la cabeza y te lleva a límites inimaginables, donde todo es frío y oscuro, donde las sonrisas y el cálido abrazo de mamá quedan atrás, para pasar a ser solamente destellos de algo que creíste, pero no fue. Y eso, eso es lo que te tocó  estas Navidades. Nunca te gusto la foto típica de familia feliz que se ama y no tienen problemas, siempre tuviste claro que tu familia no era así y nunca te importó, pero ¿eran necesarias las caras a la hora de comer? ¿Hacía falta el silencio filoso durante la sobremesa? Ellos vivieron su vida, mal o bien ya pasaron muchas navidades felices. Vos, felices, 13. Hace tres años que no la pasas como la gente, y te lo bancaste siempre como la mejor. Pero tener que pasar un 25 de diciembre, leyendo un libro y siendo interrumpida en cada párrafo por una persona que te cuenta constantemente cosas de tu vieja, que no necesitas escuchar en este momento, que te cuenta mierdas (verdades) de tu familia, no te hace bien. Saber que esa persona es la que tiene la razón, porque todo lo que dijo es verdad, en algún punto es lo que más duele, saber que yo no puedo negar nada porque así son las cosas; sumado claro a que es creerle a esa persona o quedarte sola. Pero ya esta loco, esas cosas te las contaron millones de veces, las dijiste en voz alta y las analizaste cuantas veces pudiste, no es necesario volver a escucharlas con lujo de detalles y encima en navidad. Es doloroso, dolor puro. Fiestas, váyanse, no quiero llorar más, yo soy fuerte y no me afectan. 

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