El 4 de agosto de 1944, Fuerzas Armadas de la Policía de Seguridad, acompañadas por colaboradores holandeses, hicieron una incursión y obligaron a Kraler revelara la entrada al Anexo Secreto. Todos los moradores, junto con Kraler y Koophuis, fueron arrestados. El 3 de septiembre los prisioneros judíos, después de un período en Westerbork -principal campo de concentración en Holanda-, fueron enviados en vagones para reses hacia Auswchwitz, destacado centro de exterminación en territorio polaco ocupado por los alemanes.

Kraler y Koophuis estuvieron en varios campos de concentración holandeses, por meses hasta la Liberación.

El Anexo Secreto fue saqueado por la Gestapo. Días después, en una ruma de viejos periódicos abandonados en el suelo, la persona encargada del aseo encontró el cuaderno de notas que contiene el Diario de Anna. Desconociendo su paradero, lo entregó a Miep y Elli. Estas niñas que brindaron asistencia al pequeñito grupo de judíos encarcelados durante los interrogatorios alemanes, guardaron el Diario hasta que el padre de Anna, Otto Frank, regreso a casa, luego de la guerra.

Sin embargo, los miembros del grupo soportaron las más terribles condiciones de vida en Auschwitz. Van Daan fue seleccionado para la cámara de gases, empujado a la muerte... Otto Frank escapó a tal situación por un afortunado golpe de suerte, al ser enviado al hospital del campo, en el mes de noviembre, sitio en que se encontraba cuando, el 27 de enero de 1945, el lugar fue liberado por el Ejército Soviético.

Con los escasos sobrevivientes fue trasladado a través de Galicia y finalmente instalado en el Mar Negro, en el puerto de Odessa, desde donde un barco neozelandés lo recogió transportándolo a Europa Occidental. Los otros prisioneros del campo, en número cercano a los 11.000, fueron evacuados por los alemanes y los rusos hacia otros lugares... Entre ellos, estaba Peter Van Daan. De él, nunca más se supo nada.

En su viaje a Odessa, el padre de Anna escuchó, de un amigo holandés que su esposa había muerto el 5 de enero.

De aquellas dos chicas supo, además, que habían sido enviadas al Campo de Bergen-Belsen, dos meses antes de que se produjera la muerte de su madre. Anna mostró las mismas cualidades de valentía y valor en Auschwitz, con la misma profundidad observada en sus notas.

En febrero de 1945, ambas hermanas contrajeron tifus. Margot, que yacía en un camastro al lado de Anna, se soltó de sus ligaduras y cayó al suelo. En su debilidad, el shock fue demasiado violento, falleciendo en el acto.

La pérdida de su hermana y todos los sufrimientos recibidos quebraron el espíritu de Anna... Días más tarde, a comienzos de marzo, dos meses antes de la liberación de Holanda, murió.

El Diario de Anna Frank .

Lo terminé, me tome mi tiempo, pero lo terminé. Que triste por Dios, que historia tan triste. Gracias Anna, gracias por, inconscientemente, haber dejado que compartamos tus dolencias. La verdad, me sentí muy identificada con ella; y la admiro profundamente por su valor ante todo.

Que lindo libro, para recomendar.

Ahora. Si tenías la intención de leer el libro y por casualidad leíste mi entrada y ahora sabes que, lamentablemente, Anna no se salvo, te jodes porque sos un pelotudo. No, mentira. Perdón, pero de todos modos te recomiendo que leas el libro porque es buenisimo, más allá de su final.