Comienza el fin de uno de los mejores años de mi vida. El 2010 me devolvió todos los buenos momentos que el 2009 me sacó. Me devolvió un montón de sonrisas que por motivos obvios el 2009 me arrancó. Me devolvió momentos, me devolvió esperanza. Yo fallecí en el 2009. Ese año se llevo a una de las personas más fundamentales para mí; pero el 2010 me revivió y me hizo extremandamente feliz a comparación de el año pasado.

Este año que se esta yendo, me dejo tantos lindos momentos como enseñanzas. Me enseño que todo pasa, y que así como estuve de mal antes, me recupere y estuve bien, pero que ese bienestar también pasaría algún día. Me enseño a confiar más en mi, a valerme por mi misma. A saber que no soy menos que nadie, pero tampoco más que alguien. Me enseño que no todos pensamos igual y que no por eso mi opinión vale más, me enseño a no juzgar demasiado. Me enseño que todo vuelve y que hay que tener cuidado con lo que se haga. Me enseño que vale la pena luchar por lo que queres. Me enseño que querer es poder, y que si yo quiero, puedo. Me enseño a diferenciar entre amigos y conocidos. Que no todos tienen el mismo concepto de amistad que yo. Me enseño que las cosas más lindas de la vida están en una foto, una nube, o ver a la persona que amas feliz, a mi entender claro. Me enseño que con el miedo no llegas a ningún lado, y que una de las mejores cosas que nos pueden pasar es reír.

Le agradezco a este año, por ser uno de los mejores de mi vida, por dejarme haber cumplido sueños, y por dejarme dar cuenta de las cosas que nombre antes. Y también, por los momentos feos, que aunque no fueron muy relevantes, fueron feos pero me dejaron aprender. Y bueno, lo único que espero para el año que viene es que siga igual de bien, o mejor. No pido mucho.

Feliz Navidad y un muy buen año para todos.